jueves, 2 de octubre de 2008

Expansión de la telefonía móvil & preocupación ciudadana

Pese a que el movimiento ciudadano contra la contaminación electromagnética crece al ritmo de las evidencias de la nocividad de las tecnologías que la provocan, las operadoras de telefonía móvil continúan su campaña de lobby sobre los ayuntamientos. ¿El objetivo? que estos accedan a situar en su territorio más antenas de telefonía. Las compañías que basan su negocio en eso que ha dado en denominarse “tecnologías de la información” fomentan la idea de que la “cobertura” es un derecho público. En dos reuniones celebradas en la localidad vasca de Getxo, palabras que se llevaba el viento fueron atrapadas por los oídos de los representantes de las asociaciones ciudadanas que luchan contra la contaminación electromagnética. Palabras que, procedentes del responsable de una de las mayores operadoras globales de telefonía móvi, referían la idea de expropiar tejados en “interés público” para colocar sus artefactos potencialmente nocivos. Por supuesto, la cobertura no es su leiv motiv. Éste coincide más bien con aquel lema que cuelga todavía de la imaginación de tantos ciudadanos: Todo por la Pasta.
No hace falta explicar que, como también reconocen estas corporaciones en petit comite si una zona carece de cobertura pero no es rentable no van a ofrecer a los clientes de dicho espacio la correspondiente antena. Unos hipercomunicados, otros nada y la ciudadanía sin ser consultada. Pero eso sí, el objetivo final de las operadoras es que todos los servicios (telefonía, sms, radio, cine y video, televisión, internet, etc) estén cubiertos por el móvil. ¿Cuántas antenas es necesario situar en cada localidad para ello? ¿Cuánto es necesario aumentar la presión electromagnética para alcanzar dicho objetivo-negocio? A eso no responden las operadoras pese que estamos hablando de que la conversación se produjo en una mesa de trabajo oficial con representantes de ayuntamiento, operadoras y ciudadanía del Consistorio de Getxo. Lo que pretenden las empresas es colocar en cada manzana de cada localidad una antena, como reconoció el delegado de una de las cuatro empresas telefónicas que acudieron a las reuniones.

A las pretensiones de las corporaciones colabora el Plan AvanzaDos. En estas reuniones desarrolladas en la localidad vasca (como es lógico se están realizando en muchos pueblos y ciudades) estaban los representantes de los partidos políticos de la localidad, del Ministerio de Industria, de la Asociación Antena No, de las empresas Telefónica, XFera Móviles, France Telecom y Vodafone, así como varios técnicos municipales y uno del Departamento de Medio Ambiente del Gobierno Vasco. Desde el Ministerio propusieron que las operadoras compartan antena, es decir, que utilicen los mismos mástiles para reducir la dispersión actual y por lo tanto la contaminación. El colectivo ciudadano Antena No plantea incluso que los municipios compartan estación base de antenas, aunque eso -según los portavoces del Ministerio- supondría aumentar la potencia de emisión de las antenas. También dieron la de cal al proponer que las antenas de telefonía se camuflen, se hagan discretas a la mirada del público, algo que ya ocurre y que tiene por objeto reducir la sensación de agobio que produce en parte de la ciudadanía su visión.

Sea como sea, es necesario que se hagan estudios epidemiológicos en las localidades con antenas que lleven muchos años instaladas. Son demasiados los lugares donde han aumentado distintas enfermedades, en ocasiones con resultado de muerte. Todo esto puede hacernos olvidar que no sólo es importante trabajar sobre la ubicación de las antenas. ¿Qué sucede con el uso cotidiano del teléfono móvil? ¿Cómo se protege la población de su uso? ¿Qué hacemos con las personas electrosensibles? Ha pasado más de una década desde que el uso de mólvil se extendió a toda la ciudadanía. Asistimos a la aparición, como se preveía, cada vez más y sobre todo en los países que primero han acogido esta tecnología, de personas que enferman por su especial sensibilidad a los campos eléctricos y magnéticos. Son personas que no pueden vivir en pueblos y ciudades tal y como se han planteado. La cobertura total asegura su padecimiento.

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